Manu Pineda (Málaga, 1965) es eurodiputado de IU y responsable de Internacional del PCE, organizaciones implicadas en la cumbre alternativa a la de la OTAN que se celebra esta semana en Madrid. Izquierda Unida, organización nacida en 1986 de las movilizaciones contra la Alianza Atlántica, sigue defendiendo el fin de una entidad militar surgida en la Guerra Fría y que ahora afronta un rearme político y militar cuando se cumplen cuatro meses de la invasión rusa de Ucrania.
"Nosotros que somos gente de paz", dice el eurodiputado de IU, "Izquierda Unida nació incluso al calor de la mesa contra la OTAN, y siempre hemos considerado que la OTAN es una maquinaria de guerra, una maquinaria de muerte que no ha tenido sentido nunca, mucho menos después de la caída del bloque soviético. No tiene ningún sentido que exista una organización que lo que hace es ir montando guerras en el mundo y defender los intereses de las grandes corporaciones internacionales y de Estados Unidos".
La OTAN, sin embargo, parece vivir un momento de rearme político y militar.
Nosotros siempre hemos apostado por un mundo basado en la paz, al respeto, la soberanía, al respeto a los derechos humanos. Y la OTAN es todo lo contrario a eso. En el momento en que se convoca la cumbre de Madrid, empezamos a trabajar tanto en el ámbito nacional como internacional para hacer una cumbre alternativa, una cumbre por la paz, por la vida y por los derechos de los pueblos. Y a oponernos, por supuesto, a la escalada militarista y a la expansión de la OTAN que va a suponer esta cumbre. No va a ser un encuentro más, sino una reformulación de la OTAN, quitándose el corsé de una organización para el Atlántico Norte, para que puedan entrar en ella países como Colombia, como Israel y otros países que nunca se han destacado por su respeto a los derechos humanos.
Hace no tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, hablaba de una organización en muerte cerebral y con dudas existenciales. Pero a raíz de la guerra de Ucrania parece haber retomado vigor, con Finlandia y Suecia pidiendo la adhesión y aumentando el gasto militar.
Yo creo que Putin le ha hecho un gran regalo a la OTAN. Este era un escenario no solo deseado, sino incluso forzado por la OTAN. Macron diagnosticó la muerte cerebral de la OTAN en la época de la presidencia de Trump. Y ahora ellos han conseguido que se cumpla la profecía que venían haciendo sobre la invasión de Ucrania. Tristemente ha generado la resurrección de la OTAN, el fortalecimiento de la OTAN.
Tenemos el ejemplo de Finlandia y de Suecia. Pero también que los gobiernos de los Estados miembros de la OTAN, por ejemplo, el Gobierno de Pedro Sánchez, han decidido ya aumentar el presupuesto militar a un 2%, a un nivel que nos parece una barbaridad en un país que no está en guerra.
Nosotros no estamos en guerra, pero con nuestros impuestos estamos mandando tropas: tenemos misiones en 17 países, en seis de ellos por imposición de la OTAN. Cuando el gasto militar sea el 2% será cuatro veces lo dedicado a educación, por ejemplo. ¿Ese aumento del gasto militar, de dónde va a salir? Se va a restar de de partidas sociales, que son las que realmente creemos que garantizan la seguridad de la ciudadanía española.
La mejor manera de estar seguros no es teniendo mucho gasto militar, sino no siendo un incordio para los vecinos. Si nosotros estamos todo el día molestando a Rusia, molestando a Argelia, pues es normal que tengamos que invertir en gasto militar para defendernos. Nosotros buscamos otro tipo de relaciones con los pueblos, relaciones políticas y diplomáticas amistosas y fraternales, a ser posible.
Además del rearme de la OTAN, se está hablando de una estrategia de defensa europea, con más gasto militar, además de las armas que se están enviando a Ucrania a través del Instrumento de la Paz.
No estamos hablando de ganar autonomía, sino de ser más fuertes como complemento a la OTAN, porque Estados Unidos y la OTAN no son lo suficientemente expeditivos. Nosotros insistimos en que no es necesaria una estructura militar. La Unión Europea no tiene que estar apostando por ser un elemento bélico, militarista. La Unión Europea, en nuestra opinión, está cabalgando en el camino diametralmente opuesto al correcto. Tenemos el ejemplo claro ahora con la guerra de Ucrania, donde en vez de jugar un papel de puente, pacificador, que apueste por el diálogo, por la negociación, lo que está haciendo la UE es seguir la política de Estados Unidos, demandar millones de euros para armamento y mandar y mandar armas con el objetivo de que se alargue la guerra.
El objetivo que está demostrando la Unión Europea no es ni siquiera buscar la paz, sino estancar a Rusia en una guerra empantanada, en una guerra, a ser posible, lo más larga posible para defender los intereses no de los ciudadanos europeos, sino de Estados Unidos, que es el que ha decidido que Rusia y China son sus enemigos sistémicos.
Nosotros no apostamos por un instrumento militar de la Unión Europea, por más gasto militar. Nosotros apostamos por activar y fortalecer las vías diplomáticas, las vías políticas para la resolución de los conflictos. Pero está el papel que está jugando la Unión Europea con Estados Unidos a la hora de defender sus intereses en vez de los de los nuestros, imponer a Rusia unas sanciones como las que están imponiendo, que no le están afectando lo más mínimo a Putin y que están afectando a nuestra ciudadanía.
Están apostando por políticas que no son las que nosotros necesitamos, que al sector armamentístico, energético y primario de Estados Unidos le viene muy bien, pero que a nuestro pueblo lo están hundiendo. Tenemos una Unión Europea que está trabajando en el sentido contrario del de defender la calidad de vida de las capas más populares de nuestra población.
En el Parlamento Europeo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, alguna vez le ha acusado de querer la paz a cualquier precio. ¿Es así? ¿Quieren una paz a cualquier precio con la fragmentación de Ucrania, con que Rusia se quede con una parte?
Nosotros queremos paz. No hay paz a cualquier precio. La paz es el objetivo. La Unión Europea tiene mecanismos, tiene resortes, tiene medios para poder jugar un papel que facilite la paz. Yo creo que aquí todo el mundo sabe que esta guerra no la va a ganar ningún pueblo. El pueblo ucraniano ya estamos viendo cómo está sufriendo esta guerra, y también el ruso, a base de sanciones y de injerencias. Yo defiendo una paz que ayude a los pueblos ucraniano y ruso. Al final la paz va a ser fruto de la negociación, pero es que sobre el terreno en el ámbito puramente militar, esta guerra no la va a ganar ni Zelenski, ni la Unión Europea, ni Estados Unidos.
Putin, que tenía una situación interna muy complicada y es presidente gracias a un fraude, se aprovecha de que cuando tienes una guerra y un enemigo exterior, el país se cohesiona. En el ámbito político, en lo interno la guerra la va a ganar Putin; y en lo militar todo apunta a que también. Lo que no sabemos es si en seis meses o seis años, y cuanto más años sea, más lo van a sufrir, no solo el pueblo ucraniano y el ruso, sino todos nosotros.
Y en el ámbito político, lo está ganando la OTAN, mientras que antes se consideraba a la OTAN en muerte cerebral, ahora mismo hay un resurgir. Ahora mismo países que siempre han sido neutrales se ponen en cola para entrar en la OTAN porque se ha instalado la idea de que solo la OTAN te puede proteger de una acción militar de Putin que va a ir por ahí comiéndose países como lo hacía Hitler. Es el escenario que tenemos.
Nosotros entendemos que en vez de estar echando más leña al fuego para que esto se alargue eternamente, la Unión Europea tendría que estar jugando un papel de negociador, de forzar a las partes a que se sienten, a que buscan acuerdos, a un acuerdo que probablemente suponga pérdida de unidad territorial a Ucrania. Pero es que hay pueblos como los del Donbás que llevan desde 2014 siendo bombardeados de forma sistemática por el ejército ucraniano, siendo agredidos por las bandas nazis ucranianas y que no tienen mucha simpatía por el gobierno ucraniano.
Han optado, como Crimea en su momento, por dejar de ser ucranianos. Tendremos que ver si esa es la solución, pero la solución no puede ser estar echando más leña al fuego, dando más armas a Ucrania, que se están entregando a bandas sin ningún tipo de control institucional. Ya tenemos experiencias de esas en Siria, por ejemplo, cuando Estados Unidos y su entorno, Arabia Saudí, Israel, Turquía, estaban armando a los yihadistas para echar abajo a Bashar Al Assad.
Al final son yihadistas los que están utilizando sus armas. Cuando se llega a alto el fuego, ¿quién va a desarmar a estas bandas? Y me temo que desgraciadamente terminarán haciendo atentados en nuestra tierra, y nos podemos encontrar con situaciones como las del 11-M en Madrid. Cuando tu alimentas a bandas fascistas como se están alimentando en Ucrania, resulta que estás armando batallones que allí no se esconden, porque reivindican como héroe nacional a Stepan Bandera, que era un nazi responsable del asesinato de miles de personas. El señor Borrell tendría que estar pensando también qué va a pasar el día después de la firma del acuerdo.
IU nace de las movilizaciones del movimiento contra la OTAN y sin embargo, ahora se organiza la cumbre de la OTAN en Madrid, estando IU en el Gobierno. ¿Cómo se vive esa contradicción de ser un partido que nació contra la OTAN y pertenecer al gobierno que organiza una cumbre de la OTAN?
En una situación incomodísima para nosotros. En el acuerdo de Gobierno con el PSOE a nosotros no se nos da capacidad ni en el ámbito de Defensa, ni el de Exteriores, ni, por supuesto Interior o Economía. Son decisiones que toma la parte socialista del Gobierno y a la que nosotros nos oponemos, pero obviamente se plantea no hacer lo que están pidiendo desde la derecha de aquí hasta el ministro de Defensa de Ucrania: nosotros no nos vamos a salir del Gobierno por este motivo, nos vamos a oponer de forma clara, porque es columna vertebral para nosotros, y vamos a seguir defendiendo las políticas de paz y las relaciones respetuosas basadas en el mutuo beneficio con los pueblos.
Pero es verdad que a nosotros nos genera una situación tremendamente incómoda. No es solamente la cumbre, porque la cumbre llega y se pasará. Nosotros tenemos varios hitos, como la aprobación de unos presupuestos en la que se incrementa el gasto militar y eso va a generar tensiones. Tenemos por delante un escenario que es tremendamente complicado, pero yo creo que vamos a seguir actuando con coherencia, no siendo corresponsables de las decisiones que toman otros y a las que nosotros nos oponemos en todos los ámbitos donde no es posible. Nos oponemos dentro del Gobierno, en el Congreso de los Diputados y en la calle e impulsando la cumbre alternativa a la de la guerra y la de la muerte.
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