¡Que no nos jodan la vida! artículo de Luis Poveda

 

Desde Izquierda Unida hemos lanzado la campaña " Que no nos jodan la vida", con la que pretendemos unir las distintas luchas que se están realizando contra la injusticia social y laboral, se trata de unir a todos los colectivos que de una manera u otra se están movilizando se trata de mostrar que nuestros problemas tienen un origen común y que la solución también tiene que ser común.

La crisis económica está siendo aprovechada por el Capital para aumentar la explotación que ejerce sobre el trabajo. La precarización de las condiciones de trabajo, las bajadas de salarios, la reducción de las plantillas, el salario en negro, el aumento de la jornada laboral etc, son diferentes formas para aumentar el beneficio de las empresas a costa de los trabajadores y trabajadoras. El paro y la precariedad sirven como chantaje permanente para obligar a las trabajadoras y trabajadores a aceptar condiciones de trabajo cada vez peores.

En estos últimos años las condiciones de vida de la mayoría han empeorado, pero esto no es nuevo, antes del inicio de la crisis ya sufríamos un proceso de precarización continuo, en el que progresivamente se han ido perdiendo derechos. Especialmente a las personas más jóvenes, a las mujeres y a los inmigrantes les han aplicado condiciones de trabajo cada vez más degradantes. Durante estos años de crisis la precarización y la perdida de derechos se ha extendido, en menor o mayor medida, a casi todos los sectores laborales.

Situación que se ha agravado como consecuencia de las reformas laborales aprobadas por el PSOE y el PP. Igualmente la reforma  del Art. 135 de la Constitución y el asfixiante  principio de estabilidad presupuestaria, los nuevos recortes que se avecinan y la futura reforma de las pensiones, suponen una amenaza constante para la mayoría trabajadora de nuestro país. Los trabajos temporales, la economía sumergida y el paro forman parte del mismo circuito de entrada y salida permanente del mercado laboral, que hace que una gran parte de la población viva en los márgenes de la exclusión, hemos pasado de escandalizarnos por ser mileuristas a alegrarnos de lograr un trabajo de 700€ en jornadas laborales de hasta 40 horas semanales. Sufrimos tasas de paro de las más altas de la UE, cifras escandalosas del 20%, casi la mitad de larga duración(más de dos años), que se incrementa hasta un 43% entre los más jóvenes. Paro, exilio y precariedad forman parte del lenguaje cotidiano de la mayoría de los jóvenes.

Igualmente, nos encontramos con que la precariedad laboral tiene rostro de mujer,  sufren las peores condiciones de trabajo, tienen salarios menores y, en general peores condiciones de trabajo. Esto se traduce en peor acceso a los mejores trabajos, especialmente en el sector privado. O a la permanente amenaza de ser expulsadas del mundo laboral, especialmente cuando son mayores, o cuando deciden tener hijas o hijos.

En definitiva se trata de una campaña colectiva orientada a la construcción de una agenda común con otras organizaciones, movimientos sociales o personas del entorno que permita reactivar la movilización social al objeto de conseguir acabar con las políticas de recortes contra los derechos de los ciudadanos y ciudadanas