El Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha ordenado el cierre inmediato de dos de las tres canteras que operan actualmente en la localidad tras expirar la licencia de actividad y a la vista de sendos informes municipales donde se desaconseja la aprobación de la prórroga solicitaba por ambas mercantiles al aducir cuestiones ambientales y múltiples molestias hacia los vecinos.
Dos informes municipales desaconsejan la prórroga de ambas actividades
Las empresas que explotan ambas canteras piden, en la solicitud presentada en el ayuntamiento, prolongar su actividad de extracción de tierra y áridos hasta el año 2024 o hasta el agotamiento del material que, por otra parte, llevan a cabo desde hace ya casi 25 años, un periodo durante el que han extraído entre ambas cerca de 83 millones de toneladas en un radio de actuación de dos kilómetros cuadrados.
El convenio que el Ayuntamiento de Riba-roja suscribió en el año 2004 con las mercantiles Cemex y Corporación Túria Cementval -para legalizar la actividad que venían desarrollando anteriormente sin ningún tipo de documento que lo avalase- fijaba el cese de la extracción de las mismas el pasado 31 de diciembre al tiempo que les obligaba a cumplir una serie de aportaciones económicas para financiar infraestructuras que permitiesen amortiguar el impacto ambiental.
El anterior gobierno del Partido Popular ya concedió en 2013 una prórroga de dos años de duración a ambas mercantiles a pesar de que un informe de la Dirección General de evaluación Ambiental de la Generalitat era desfavorable a la concesión de la citada prórroga de la actividad, una circunstancia que no fue óbice para que el ex alcalde Francisco Tarazona firmase el citado acuerdo de ampliación.
En el caso de la mercantil Corporación Túria se le obligaba a pagar al ayuntamiento un total de 30.050 euros, la financiación del coste de asfaltado de la carretera de acceso a la cantera en un 65% y el 100% en el caso del camino de la finca "Pepín" y una contribución de 60.101 euros en la carretera a Loriguilla. Esta empresa pretendía en el año 2009 una ampliación del perímetro de extracción al pasar de 454.955 metros cuadrados a 2'1 millones de metros, de forma que se desprotegía la zona calificada no urbanizable de protección ecológica a no urbanizable común de explotación minera.
Por su parte, el convenio con la empresa Cemex le obligaba a abonar un canon anual de 6.010 euros, la entrega de otros 35.050 euros en concepto de contribución no impositiva así como financiar el asfaltado del camino del Seminar, además de la entrega de zahorra y la donación de otros 63.000 euros para las fiestas locales. Sin embargo, sendos informes del técnico de Medio Ambiente y del secretario municipal desaconsejan una ampliación de la prórroga que concluyó en diciembre pasado por cuestiones ambientales y molestias a los vecinos de la zona.
Un informe de la Dirección General de Evaluación Ambiental, dependiente de la Generalitat, alerta de que una ampliación del perímetro de actuación de las canteras repercutirá directamente sobre el entorno -"toda la vegetación existente en la zona desaparecerá", asegura- y añade que los montes del entorno paisajístico se caracterizan por una presencia notable de vegetación arbustiva, una importante masa forestal y diversas especies autóctonas que podrían desaparecer si continúa la actividad extractora.
El concejal de Medio Ambiente, José Ángel Hernández, ha afirmado que la decisión de denegar una prórroga "está avalada por los informes de los técnicos municipales y representa una reivindicación histórica de los vecinos de la zona afectada cuya extensión supera los 2 kilómetros cuadrados ya que durante años han tenido que soportar muchas molestias por el paso de camiones, la explosión de barrenos continuos en las canteras así como la generación de polvo en las viviendas".
Hernández ha añadido que durante años "Riba-roja se ha convertido en el centro de producción del material destinado a construir las grandes infraestructuras valencianas como el Puerto de Valencia o el by-pass, al socaire del boom urbanístico que el Partido Popular auspició durante años; por ello, es necesario el cese de la actividad y la puesta en marcha de un plan de regeneración de la zona y apostar por un modelo sostenible ambientalmente por su cercanía al río Túria y a la línea defensiva de trincheras de la guerra civil el Puig-Carassols".
Por último, cabe recordar que entre las cuatro canteras que ha existido siempre en Riba-roja -una de ellas cesó hace ya alrededor de dos años- han extraído cerca de 63 millones de metros cúbicos de tierra y piedras durante cerca de 25 años, una superficie equivalente a 63 estadios de fútbol como el Camp Nou o el Santiago Bernabéu -alrededor de 630.000 metros cuadrados- además de una facturación de 1.247 millones de euros a lo largo de este periodo de tiempo de los que sólo han donado 3 millones al ayuntamiento.
Dos informes municipales desaconsejan la prórroga de ambas actividades
Las empresas que explotan ambas canteras piden, en la solicitud presentada en el ayuntamiento, prolongar su actividad de extracción de tierra y áridos hasta el año 2024 o hasta el agotamiento del material que, por otra parte, llevan a cabo desde hace ya casi 25 años, un periodo durante el que han extraído entre ambas cerca de 83 millones de toneladas en un radio de actuación de dos kilómetros cuadrados.
El convenio que el Ayuntamiento de Riba-roja suscribió en el año 2004 con las mercantiles Cemex y Corporación Túria Cementval -para legalizar la actividad que venían desarrollando anteriormente sin ningún tipo de documento que lo avalase- fijaba el cese de la extracción de las mismas el pasado 31 de diciembre al tiempo que les obligaba a cumplir una serie de aportaciones económicas para financiar infraestructuras que permitiesen amortiguar el impacto ambiental.
El anterior gobierno del Partido Popular ya concedió en 2013 una prórroga de dos años de duración a ambas mercantiles a pesar de que un informe de la Dirección General de evaluación Ambiental de la Generalitat era desfavorable a la concesión de la citada prórroga de la actividad, una circunstancia que no fue óbice para que el ex alcalde Francisco Tarazona firmase el citado acuerdo de ampliación.
En el caso de la mercantil Corporación Túria se le obligaba a pagar al ayuntamiento un total de 30.050 euros, la financiación del coste de asfaltado de la carretera de acceso a la cantera en un 65% y el 100% en el caso del camino de la finca "Pepín" y una contribución de 60.101 euros en la carretera a Loriguilla. Esta empresa pretendía en el año 2009 una ampliación del perímetro de extracción al pasar de 454.955 metros cuadrados a 2'1 millones de metros, de forma que se desprotegía la zona calificada no urbanizable de protección ecológica a no urbanizable común de explotación minera.
Por su parte, el convenio con la empresa Cemex le obligaba a abonar un canon anual de 6.010 euros, la entrega de otros 35.050 euros en concepto de contribución no impositiva así como financiar el asfaltado del camino del Seminar, además de la entrega de zahorra y la donación de otros 63.000 euros para las fiestas locales. Sin embargo, sendos informes del técnico de Medio Ambiente y del secretario municipal desaconsejan una ampliación de la prórroga que concluyó en diciembre pasado por cuestiones ambientales y molestias a los vecinos de la zona.
Un informe de la Dirección General de Evaluación Ambiental, dependiente de la Generalitat, alerta de que una ampliación del perímetro de actuación de las canteras repercutirá directamente sobre el entorno -"toda la vegetación existente en la zona desaparecerá", asegura- y añade que los montes del entorno paisajístico se caracterizan por una presencia notable de vegetación arbustiva, una importante masa forestal y diversas especies autóctonas que podrían desaparecer si continúa la actividad extractora.
El concejal de Medio Ambiente, José Ángel Hernández, ha afirmado que la decisión de denegar una prórroga "está avalada por los informes de los técnicos municipales y representa una reivindicación histórica de los vecinos de la zona afectada cuya extensión supera los 2 kilómetros cuadrados ya que durante años han tenido que soportar muchas molestias por el paso de camiones, la explosión de barrenos continuos en las canteras así como la generación de polvo en las viviendas".
Hernández ha añadido que durante años "Riba-roja se ha convertido en el centro de producción del material destinado a construir las grandes infraestructuras valencianas como el Puerto de Valencia o el by-pass, al socaire del boom urbanístico que el Partido Popular auspició durante años; por ello, es necesario el cese de la actividad y la puesta en marcha de un plan de regeneración de la zona y apostar por un modelo sostenible ambientalmente por su cercanía al río Túria y a la línea defensiva de trincheras de la guerra civil el Puig-Carassols".
Por último, cabe recordar que entre las cuatro canteras que ha existido siempre en Riba-roja -una de ellas cesó hace ya alrededor de dos años- han extraído cerca de 63 millones de metros cúbicos de tierra y piedras durante cerca de 25 años, una superficie equivalente a 63 estadios de fútbol como el Camp Nou o el Santiago Bernabéu -alrededor de 630.000 metros cuadrados- además de una facturación de 1.247 millones de euros a lo largo de este periodo de tiempo de los que sólo han donado 3 millones al ayuntamiento.
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