Cuidado con las entrevistas timo, un puesto de trabajo no suele llegar con ellas

Se aprovechan de la alta tasa de paro y la necesidad de muchos jóvenes. Las falsas entrevistas ofreciendo trabajos no retribuidos o intentando estafar al demandante de empleo llevan años campando a sus anchas sin que se les ponga coto. Aparecen y desaparecen del mapa casi de forma cíclica.

Un mail recibido en una cuenta de correo electrónico casi olvidada nos pone en la pista. Avisa de que se ha recibido una solicitud de empleo para la que no hemos enviado currículum y nos cita en una oficina de Valencia hoy mismo. Pide confirmación de asistencia, pero tiene truco: en el momento en el que se responde al mail, se acepta tácitamente que nuestros datos aportados formarán parte de un fichero que podrán comercializar. La red se ha poblado de ofertas de este tipo que suelen tener detrás trabajos reales como comercial a puerta fría o extraños cursos de formación. La picaresca para buscarle rentabilidad a las aristas legales y la desesperación de un gran porcentaje de la población despejan el camino.

No es una técnica nueva y mucho menos circunscrita a la ciudad de Valencia. Sólo hay que hacer una búsqueda concreta en internet para darse de bruces con cientos de experiencias con entrevistas de este tipo. En algunos casos, como el de Cristina, la cita tuvo lugar hace ya algunos años. “Me llamaron por teléfono después de mandar mi currículum”, recuerda, a través de una conocida web de búsqueda de empleo. “Me extrañó que no me dijesen de qué era la empresa y que tuvieran despacho en Poeta Querol [una de las calles más caras de la ciudad]. Cuando llegué allí, el portero me mandó al primer piso con mala cara, la puerta de la oficina estaba abierta y la música de la radio a todo volumen”, relata. Son esos puntos extraños los que hacen dudar a muchos de la veracidad de las ofertas: “La entrevista fue normal. Me preguntaron un poco por mi perfil y lo raro fue que no me explicaron nada sobre el puesto al que optaba. Ya despidiéndonos me dijeron que el lunes tenía una prueba todo el día y que era indispensable ir de traje. La forma en la que me lo dijo me hizo sospechar y busqué en internet referencias. No había nada sobre el nombre de la empresa, pero al poner en Google la dirección del despacho encontré foros y blogs hablando mal de ellos y contando experiencias“.

La red está llena de experiencias en Valencia, Alicante, Murcia, Palma de Mallorca, Madrid, Sevilla o Barcelona. Buscar en Google es una buena ayuda para evitar fraudes

La red está llena de experiencias en Alicante, Murcia, Palma de Mallorca, Madrid, Sevilla o Barcelona. En su mayoría se trata de jóvenes que llegaron a hacer las jornadas de formación y se encontraron en mitad de zonas residenciales haciendo trabajo de comercial a puerta fría, intentado vender supuestos descuentos en las facturas de telefonía o energía. Nada de departamentos de marketing, atención al cliente o formación de campo, venta en la calle y comisiones que, en algunos casos, no se llegaban nunca a cobrar.

El boca a boca ha hecho mucho para estar alerta con este tipo de ofertas. Es lo que le pasó a José con una oferta casi calcada. Esta vez, con despacho en la calle Blanquerías de Valencia. “Publicaron la oferta en internet y sólo unas horas después de darme de alta, me llamaron para hacer una entrevista al día siguiente”, avanza. Ansioso por encontrar información con la que hacerlo bien en la entrevista, José buscó información y de nuevo saltó la alarma: “Me encontré un montón de información sobre ellos, la mayoría mala. Así que les devolví el correo avisando de que no iba a ir, de lo que había visto por internet y pidiendo que me eliminaran de su base de datos como permite la Ley” [Orgánica de Protección de Datos]. Sin embargo, lo único que recibió fueron varias llamadas desde la empresa molestando, a deshoras y con “malos modos”. “Nunca me comunicaron si me habían dado de baja de sus ficheros”, añade.

El pasado mes de noviembre, la organización de consumidores Facua lanzó una campaña en la red para identificar ofertas laborales fraudulentas ante la enorme cantidad de reclamaciones que estaba recibiendo en los últimos tiempos. Bajo la etiqueta #falsoempleo abrió una cruzada en la red que ha permitido poner cara a varias empresas que se dedican a estafar, de una forma o de otra, a los demandantes. La organización avisa en su campaña de los tipos de estafas relacionas con la búsqueda de trabajo más frecuentes y que van desde pedir dinero por trabajar en el extranjero, hasta ofertas que sólo buscan captar datos personales, provocar llamadas a teléfonos de tarificación adicional (llamadas con prefijos 803, 806 u 807) con las que pueden llegar a entretener a la víctima hasta 30 minutos, o Supuestos empleos condicionados a la contratación de cursos.

Facua ha creado el hashtag #falsoempleo para denunciar ofertas de trabajo con gato encerrado

Desde las organizaciones de consumidores se pide a los estafados que siempre se denuncie y se pongan todos los datos disponibles a disposición de las autoridades. La mayoría de estas empresas, no obstante, son sociedades fantasma o que actúan como pantalla de otras sociedades. Los estafadores cambian constantemente de razón social y de domicilio, operando con varias empresas. Un simple vistazo en internet pone bajo sospecha varios nombres fácilmente localizables.

Las entrevistas timo siguen, no obstante, campando a sus anchas. Detectarlas a tiempo antes de llegar a trabajar para ellos es esencial. Es la única forma de evitar trabajos sin contrato o condiciones leoninas. Importante es analizar el tipo de anuncio que sirve de gancho. La falta de información esencial (nombre, domicilio, web, correo electrónico corporativo…) debe servir de alerta inicial. La mayoría de los textos utilizan ganchos como “empresa líder en su sector”, “expansión comercial”, “apertura de nueva delegación” y genéricos del estilo. Extraños examinadores, locales sin aparente actividad o actitudes sospechosas deben terminar de hacer saltar la alarma.

* José Miguel Reyes desde nonada