Cuentan que Einstein
presentó la teoría de la relatividad en aproximadamente dos horas y que
cuando acabó un periodista le solicitó si podría explicarla de manera
más sencilla, entonces Einstein volvió a emprender la explicación
reduciendo su exposición a una hora. Cuando el mismo periodista insistió
en una explicación aún más sencilla Einstein sintetizó su teoría en
cinco minutos y acabó concluyendo que eso que había explicado ya no era
la teoría de la relatividad. Esta anécdota casa perfectamente con los
ensayos sobre cine moderno y ciberespacio del libro Lacrimae rerum de Slavoj Žižek
en el que el filósofo y psicoanalista esloveno reflexiona en
profundidad sobre la influencia del séptimo arte en la sociedad
contemporánea.
El ensayo sobre la película Carretera perdida de David Lynch
comienza analizando el código de Hays vigente en los Estados Unidos
desde 1934 hasta 1967. Este código de producción y censura dictaminaba
lo que se consideraba moralmente aceptable. Žižek afirma que cuanto más
severa sea la censura directa más subversivos serán los subproductos
involuntariamente generados. Estos subproductos, lejos de suponer una
amenaza contra el sistema de dominación, constituyen una transgresión
inherente. Poniendo por caso la fantasía de la mujer todopoderosa (femme fatale),
caracterizada por su agresividad sexual, verbal y física, lejos de
representar una simple amenaza para la identidad patriarcal masculina
funciona como una transgresión inherente del universo simbólico
patriarcal, como fantasía masoquista paranoica masculina de la mujer
explotadora y sexualmente insaciable que nos obliga de este modo a
tomarla violentamente y abusar de ella.
La disolución del Código de Producción
Hays permite que aquello que anteriormente se insinuaba ahora se
exteriorice de forma explícita. Se plantean y se escenifican
abiertamente cuestiones como la homosexualidad, el incesto o
sadomasoquismo, y la regla de que los malos deben ser castigados al
final es burlada abiertamente. Sin embargo, el hecho de ser totalmente
explicito representa en muchos casos un el modo más efectivo de engañar
al otro. Lo paradójico es que la el cine continúa trasluciendo la
antigua ideología de dominación. La tesis de Žižek es que la vía de
salida a esta trampa ideológica se encuentra en Carretera perdida.
Carretera perdida consigue
atravesar el universo fantasmático pero no por la vía de la crítica
social directa (describiendo la triste realidad) sino a base de
escenificar abiertamente las fantasías, es decir sin la preelaboración
secundaria que enmascara sus inconsistencia. La perspectiva lacaniana
que caracteriza la aproximación de Slavoj Žižek al cine, en este caso a Carretera perdida,
permite ahondar en las ideologías sociales dominantes en muchos casos a
través de las transgresiones inherentes propias del cine y del sistema.
Santiago Gorgas desde Revista de Letras
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