La sierra del Cid, identificada por su perfil de silla de montar, evoca las leyendas del Cid campeador por tierras alicantinas. Lo que es cierto son las maravillosas vistas que podemos disfrutar en esta excursión
Abandonaremos Petrer (450 m) por el SE de la población a través de la Avenida de Salinetes. Cruzaremos por debajo de la autovía y seguiremos a la izquierda (N) por el camino asfaltado que discurre paralelo a la carretera en unos 400 m. Seguidamente el camino gira bruscamente a la derecha, tomando la componente E, y en suave ascenso, discurriendo por la partida rural de l’Horteta, llegaremos a la masía de el Forcat, característica muestra de la arquitectura rural tradicional.
Continuaremos rectos, pasando junto a un aljibe de agua de arrastre en un altozano a la derecha del camino. De esta forma, siempre en continuado ascenso y dando vistas al impresionante perfil trapezoidal de La Silla del Cid, llegaremos a su base NO, donde se encuentra la Casa o Chabola Forestal.
Desde este punto rehusaremos el ramal asfaltado que por la derecha se dirige hacia la urbanización Loma Badá; nosotros continuaremos por la ancha pista que, circunvalando la cara N de La Silla, enlaza con la senda de El Contador y El Rincón Bello. A los pocos metros del cruce deberemos abandonar la pista, siguiendo la evidente senda que se inicia por la derecha.
El sendero, en muchos tramos reforzado con muretes de piedra seca, va remontado en admirable y serpenteante trazado las laderas septentrionales de la sierra. En los canchales más umbríos y frescos, protegidos por los contrafuertes rocosos de las cumbres, aparecen pequeños bosquetes de encinas diseminadas entre el predominante pinar. De este modo llegaremos a un collado desde donde la visión se nos abre hacia el S en dilatado panorama.
Proseguiremos a la izquierda por la bien marcada senda, en flanqueo por el N de la línea de cumbres. A unos 200 m del collado podremos observar una antigua carbonera, reconocible por la pequeña explanación junto a la misma senda y su muro de contención semicircular; aún tendremos la oportunidad de pasar junto a otra mejor conservada pocos metros antes de salir al cordal.
Una vez en el altiplano cimero, casi llaneando, llegaremos sin dificultad al montículo de piedras que señala la cota máxima de la sierra, elevada sobre impresionantes vacíos hacia el N y E, pudiendo contemplar una amplísimo panorama en todas direcciones y gozar, al mismo tiempo, de esa indescriptible y sugestiva sensación de “cumbre” que justifica con creces el esfuerzo realizado en el ascenso a La Silla del Cid.
El regreso lo podremos realizar por el mismo itinerario o combinarlo con el PR.V-6.6 y PR.V-29.
Abandonaremos Petrer (450 m) por el SE de la población a través de la Avenida de Salinetes. Cruzaremos por debajo de la autovía y seguiremos a la izquierda (N) por el camino asfaltado que discurre paralelo a la carretera en unos 400 m. Seguidamente el camino gira bruscamente a la derecha, tomando la componente E, y en suave ascenso, discurriendo por la partida rural de l’Horteta, llegaremos a la masía de el Forcat, característica muestra de la arquitectura rural tradicional.
Continuaremos rectos, pasando junto a un aljibe de agua de arrastre en un altozano a la derecha del camino. De esta forma, siempre en continuado ascenso y dando vistas al impresionante perfil trapezoidal de La Silla del Cid, llegaremos a su base NO, donde se encuentra la Casa o Chabola Forestal.
Desde este punto rehusaremos el ramal asfaltado que por la derecha se dirige hacia la urbanización Loma Badá; nosotros continuaremos por la ancha pista que, circunvalando la cara N de La Silla, enlaza con la senda de El Contador y El Rincón Bello. A los pocos metros del cruce deberemos abandonar la pista, siguiendo la evidente senda que se inicia por la derecha.
El sendero, en muchos tramos reforzado con muretes de piedra seca, va remontado en admirable y serpenteante trazado las laderas septentrionales de la sierra. En los canchales más umbríos y frescos, protegidos por los contrafuertes rocosos de las cumbres, aparecen pequeños bosquetes de encinas diseminadas entre el predominante pinar. De este modo llegaremos a un collado desde donde la visión se nos abre hacia el S en dilatado panorama.Proseguiremos a la izquierda por la bien marcada senda, en flanqueo por el N de la línea de cumbres. A unos 200 m del collado podremos observar una antigua carbonera, reconocible por la pequeña explanación junto a la misma senda y su muro de contención semicircular; aún tendremos la oportunidad de pasar junto a otra mejor conservada pocos metros antes de salir al cordal.
Una vez en el altiplano cimero, casi llaneando, llegaremos sin dificultad al montículo de piedras que señala la cota máxima de la sierra, elevada sobre impresionantes vacíos hacia el N y E, pudiendo contemplar una amplísimo panorama en todas direcciones y gozar, al mismo tiempo, de esa indescriptible y sugestiva sensación de “cumbre” que justifica con creces el esfuerzo realizado en el ascenso a La Silla del Cid.El regreso lo podremos realizar por el mismo itinerario o combinarlo con el PR.V-6.6 y PR.V-29.
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