El Juez que se atrevió a encarcelar a Blesa hoy está sometido a juicio por prevaricación.
Como una fiesta financiera, como un pelotazo
empresarial, como un nuevo récord. Así vivió Miguel Blesa, entonces
presidente de Caja Madrid, la millonaria emisión de preferentes en 2009,
un producto financiero que atrapó a miles de clientes de la entidad y
volatilizó sus ahorros. Varios correos del mejor amigo de Aznar en la
banca, a los que ha tenido acceso eldiario.es, describen el ambiente de
euforia sin vértigo en aquellos días de emisiones millonarias, en los
que se fraguaba lo que la propia CNMV calificó como un incumplimiento de la ley deliberado y masivo en perjuicio de pequeños ahorradores.

Unos días antes del lanzamiento de las preferentes, en una conversación
personal con su agente de inversiones, el presidente de la mayor caja
pública española había pospuesto su compra personal de las preferentes
de su propia entidad: "tengo dudas con los plazos", alegaba en
confianza. Las dudas del presidente desaparecieron pronto, apenas 24
horas después, cuando comenzaron las operaciones.
"1.300 millones de euros!!!!!". La bandeja de entrada de Blesa se
llenaba de exclamaciones. "Récord histórico de colocación en producto en
UN solo día", le contaba su equipo en un informe apresurado e informal.
El arranque de la venta de preferentes había sido, se decía,
"fulminante".
El escepticismo personal de Blesa se
tornó en euforia: "Qué notición. Enhorabuena", dijo ante las primeras
cifras. Paradójicamente, Blesa estaba en ese momento aquejado por una
dolorosa hernia. "Qué barbaro", dijo como respuesta al segundo informe
al final del día. De las 2.057 oficinas de Caja Madrid se habían
aprobado operaciones en 1.971; los resultados en una sola jornada habían
alcanzado, dice el informe, el 48% de la mejor previsión comercial
calculada para todo un mes.
"Lo que he aprendido es
que si a los sindicatos no les gusta, probablemente es buen producto",
dice su número 2 esa misma semana en un intercambio ya eufórico de
mensajes con Blesa. "Y eso que habíamos engañado a los clientes",
responde, sumándose al tono irónico, el presidente de Caja Madrid. Las
preferentes, no cabía duda en la cúpula de la entidad financiera en
teoría sin ánimo de lucro, se habían convertido en un éxito.
Blesa venció sus susceptibilidades personales y acabó inviertiendo al
menos 150.000 euros de su patrimonio en este producto, aunque
originalmente su asesora de inversiones le propuso que metiera hasta
250.000 euros. La documentación analizada no permite conocer si Blesa
vendió sus preferentes antes de que el mercado se cerrase para este
producto financiero fallido.
Correo de Miguel Blesa a su equipo donde dice haberse hecho
cargo de la gestión para convencer a la Fundación ProRAE de que comprara
preferentes de Caja Madrid (eldiario.es)
La relación favorable con CNMV sobre la "que no se puede decir ni opinar"
El papel de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es una
de las piezas clave a la hora de recomponer el puzle de
responsabilidades por el fiasco financiero. eldiario.es sacó a la luz un documento
en el que se refleja que el supervisor constató el incumplimiento de la
ley en la comercialización de estos productos, con opacidad e inflando
los precios deliberadamente. Decenas de miles de pequeños ahorradores y
familias pagaron la imprudencia.
Sin embargo, el
papel del supervisor ha sido muy cuestionado por haber otorgado el visto
bueno a la emisión. Y precisamente, en su correspondencia, Blesa y Amat
comentan el papel de la CNMV a la hora de sellar la exitosa emisión
y analizan el diferente trato que el supervisor, entonces presidido por
Julio Segura, da a la emisión de Caja Madrid y a la de La Caixa, que
tienen lugar por la misma época.
¿Por qué "la CNMV
nos ha favorecido un poco respecto al teórico"?, se pregunta
retóricamente el director financiero en un mensaje a Blesa. Él mismo se
responde: "En primer lugar por la mejor valoración que la agencia de
ráting Fitch había hecho de la emisión"; pero, en segundo lugar, Amat se
lanza a remarcar que "algo de valor le han dado (opinion muy personal) a
que la relación a todos los niveles entre Caja Madrid y CNMV es mejor y
mucho más fluida. Pero esto no se puede decir ni casi opinar. (me
consta que la relacion entre CNMV y Caixa es tensa)."
La pelea con otros bancos por las emisiones de preferentes se extiende
también a Banesto. La emisión del banco que dirigía Ana Patricia Botín
sí sufrío un aviso por precio inadecuado. Amat lamenta con Blesa el poco
escarnio público que se ha hecho de este varapalo y se lamenta: "Si se
nos hubiera ocurrido hacer a nosotros: engaño a los clientes, tres
páginas en El Mundo, etc, etc, quiza carta del Consejero. Es decir,
senteciados publicamente y fusilados para conocimiento publico en la
Puerta del Sol".
La emisión de la caja madrileña
colocó 3.000 millones de euros destinados a captar capital de calidad.
Para ello, se utilizaban técnicas muy agresivas desde las sucursales,
cuyos comerciales tenían objetivos y apuestas muy exigentes desde la
central.
Blesa se implicó personalmente para "colocar" preferentes a la RAE
Miguel Blesa se convirtió en una potente arma de relaciones comerciales para convencer a los clientes más sui generis
de que invirtieran en preferentes. Por ejemplo, la Fundación ProRAE, la
fundación privada que financia la Real Academia Española de la Lengua – que no es una institución pública como parece–
y en cuyo patronato están todos los grandes nombres del primer mundo
empresarial español: el Rey Juan Carlos, Emilio Botín... y Miguel Blesa,
que entonces era vocal de la fundación.
La relación
entre la Fundación ProRAE y la caja no era nueva: la entidad gestionaba
las inversiones de la organización de apoyo a la Academia por valor de
unos 16 millones de euros en 2007, según consta en los informes que el
equipo de Blesa enviaba regularmente al presidente, que estaba al tanto
de los movimientos en bolsa que hacia la banca privada de Caja Madrid en
nombre de la Fundación ProRAE.
La cuestión es que
Caja Madrid quería vender preferentes a ProRAE. La contable de la
fundación había trasladado la propuesta a sus superiores, que no se
pronunciaban. "Van a empezar a llamarme pesada por la de veces que lo he
preguntado", le explicaba al encargado de la gestión en Caja Madrid.
Ante el bloqueo de la situación, los financieros sacaron el comodín del
jefe: "Presidente, disculpa que te moleste pero requeriría (...) tu
auxilio comercial", le dicen a Blesa por correo el 29 de mayo de 2009.
Su equipo le señalaba un nombre clave para ejercer la presión y
"colocar" el producto: Ricardo Martín Fluxá, secretario de la fundación,
diplomático y exsecretario de Estado de Seguridad con Aznar, habitual
de los consejos de administración de grupos empresariales. Blesa
contestó a aquel correo de su equipo apenas 6 horas después: "He hablado
con Ricardo Martín Fluxá y se va a ocupar del asunto el lunes".
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