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‘Crowdfunding’ personal, cuando la recompensa es uno mismo

Existen proyectos de ‘crowdfunding’ de todo tipo. Sin embargo varias plataformas han dado un paso más allá abriendo la posibilidad de invertir no sólo en proyectos, sino en personas. Una nueva vía que abre la puerta al patrocinio para asegurar (o hipotecar) el futuro de miles de estudiantes que no pueden hacer frente a los gastos universitarios.
Pave es una de las principales plataformas para desarrollar proyectos personales.
Si hace unos años nadie sabía muy bien lo que era el micromecenazgo, la financiación en masa o el ‘crowdfunding’, a día de hoy ya se ha establecido como una de las alternativas más populares para financiar cualquier tipo de iniciativa. Según datos de la plataforma Kickstarter.com, una de la mayores a nivel mundial, sólo en 2012, 2.241.475 personas apoyaron con más de 319.786.629 dólares diferentes proyectos en su página web.
A este fenómeno, potenciado por el auge de las redes sociales, se le suma otro: la falta de crédito. Sobre todo entre los más jóvenes, a los que acceder a ciertos recursos básicos como la educación se ha convertido poco a poco más en un privilegio que en un derecho. Una situación muy corriente en países como Estados Unidos, donde el gasto medio de estudiar una carrera es de unos 28.000 dólares (unos 21.000 euros). Ante esto existen varias alternativas. O ahorrar, y mucho, para que los retoños puedan ir a la universidad, o pedir un crédito al banco. Cerca de 20 millones de norteamericanos ingresan a la universidad cada año. De éstos, unos 12 millones, tienen que pedir un préstamo para poder hacer frente a los gastos.
La idea de hacer un ‘crowdfunding’ para pagar la universidad podría parecer disparatada, pero no lo es en un país donde ya se patrocinan cumpleaños, bodas o viajes
En CampusSlice los estudiantes cumplen objetivos mensuales para conseguir dinero para la matrícula o los libros.
Así que un buen día alguien se hizo la gran pregunta: ¿por qué no hacer un ‘crowdfunding’ para que la gente pueda ir a la universidad?Podría parecer disparatado. Pero no lo es en un país donde ya existen plataformas como Fundme.com, donde se patrocinan cumpleaños, bodas, viajes, adopciones, u operaciones a mascotas. Se ha dado incluso el caso de gente como Mike Merril, que al que se le ocurrió, en 2008, ofrecer a amigos y extraños 100.000 acciones de sí mismo, a un dólar cada acción. Así los inversores podían votar sobre la vida de Mike. Qué debía hacer en el futuro o a qué dedicar sus horas libres. Con el paso del tiempo las votaciones se extendieron. Ya se podía votar sobre todo tipo de detalles: si debía mudarse o no con su novia, tener hijos, o hacer más ejercicio. A día de hoy, las acciones para invertir en Mike han subido a 20 dólares cada una.

Pave.com: ¿apostando? por el futuro de los jóvenes

A Sal Lahoud, la idea de invertir en personas le vino a la cabeza cuando un amigo le pidió dinero para dejar el trabajo que tenía para pagar su deuda universitaria y “seguir su verdadera vocación”. Sal se sentía incómodo. Si le dejaba dinero y lo perdía, se sentiría incómodo al reclamárselo. Y si su amigo triunfaba, se sentía en parte responsable, así que que quería tener un porcentaje de los beneficios. En lugar de darle dinero, le ofreció convertirse en su ‘mecenas’. Así se estableció la manera en que funciona la página que fundó dos años después y que se ha convertido en una de las más populares en Estados Unidos: Pave.
En Pave los ‘banqueros’ ayudan a pagar la carrera y, a cambio, reciben un porcentaje del futuro sueldo, durante diez años
En ella, cualquier persona puede publicar su perfil: quién es, cuáles son sus metas, el dinero que necesita para estudiar lo que quiere, etcétera… Por otra parte, hay ‘banqueros’ que pueden invertir en la persona en concreto, con una suma de hasta 500 dólares. Estas personas no sólo dan su dinero, sino que le asesoran en su futura carrera, estableciendo ‘equipos’ con el estudiante. A día de hoy hay ocho proyectos con éxito que reúnen a un futuro periodista, una futura directora de cine, un futuro ingeniero o un futuro pintor. De este modo,los ‘banqueros’ ayudan a pagar los gastos de la carrera y cualquier otro tipo de costos que supongan alcanzar el éxito. A cambio, reciben un porcentaje de su futuro sueldo, que va del cinco al ocho por ciento, durante diez años.
Hay multitud de sitios en los hacer 'crowdfunding' personal.
Hay multitud de sitios en los hacer ‘crowdfunding’ personal.
Esta es la parte que más polémica ha suscitado Pave. Ya que a pesar de publicitarse como una apuesta por los jóvenes, puede también significar una nueva carga, incluso más costosa que con un banco. La plataforma se defiende diciendo que los estudiantes no deben pagar intereses, y no están obligados a pagar nada hasta que consigan un “sueldo decente” (calculado en un 150 por ciento superior a la barrera de la pobreza). Además, pueden gastar el dinero en lo que crean conveniente. Por su parte, la página realiza un seguimiento de la cuenta bancaria del estudiante, su historial educativo, y cualquier otro tipo de información relevante.
Ésta no es la única web creada con este objetivo. Otras más antiguas, como GiveCollege y GradSave, permiten a los padres registrar a su hijo o hija nada más nacer para que familiares y amigos puedan ir contribuyendo a su educación. Algo parecido a la hucha de toda la vida, pero online. O Upstart, con un funcionamiento muy parecido al de Pave. En ésta, cerca de 50 jóvenes han conseguido 1,4 millones de dólares. También las hay en otros países, como CareerConcept, en Alemania, o Lumni en Latinoamérica. Le siguen otras, que funcionan de manera filantrópica, como USEED, Smartn.me (la primera en realizar ‘crowdfundings’ para proyectos educativos), o CampusSlice, en la que los estudiantes cumplen objetivos mensuales para conseguir dinero para la matrícula o los libros. Sin embargo, aquí tampoco el éxito está asegurado. A pesar de que Pave asegura haber conseguido hasta ahora cinco millones de dólares para invertir en los estudiantes, el progreso de la mayor parte de los proyectos de estas páginas es mínimo. Por ejemplo, en CampusSlice, de las 32 campañas publicadas, 16 no cuentan todavía con nada de dinero. Y la mayoría sólo han conseguido sumas que van de los 10 a los 30 dólares.




Hay un ‘crowdfunding’ para cada uno: ¡encuentra el tuyo!


En Estados Unidos ya existe un ‘crowdfunding’ para todo tipo de causa. A parte de las populares Kickstarter, Indiegogo o Gofundme, se suman otras más especializadas como Appsplit, dedicada sólo a desarrollar plataformas para tabletas y ‘smartphones’. O CrowdSupply, especializada en diseño industrial. ExplorationFunder, engloba proyectos para la exploración de recursos naturales.Faithlauncher, para proyectos de inspiración cristiana, Getgayfunded para proyectos dentro de la comunidad homosexual. Mosaic se especializa en energía solar. RealtyMogul en inversiones inmobiliarias. Y Seed&Spark sólo reúne proyectos audiovisuales.
Autor Guillermo Roqués desde nuestros amigos de Nonada.es
Publicat per Àgora CT. Col·lectiu Cultural sense ànim de lucre per a promoure idees progressistes Pots deixar un comentari: Manifestant la teua opinió, sense censura, però cuida la forma en què tractes a les persones. Procura evitar el nom anònim perque no facilita el debat, ni la comunicació. Escriure el comentari vol dir aceptar les normes. Gràcies

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