Este es el comunicado difundido por la Confederación de Asociaciones, que nos ha hecho llegar:
La confederación ha acordado sumarse a lahuelga general del 14-N con dos medidas concretas y consideradas como enérgicas: instar a los vecinos a no comprar alimentos y a participar en las caceroladas.
Por todo ello, ¨ convocamos a mostrar su disconformidad con la situación creada por las decisiones han adoptado en defensa de los poderosos con el dinero de todos, sin consecuencias para los gestores incompetentes y corruptos que han añadido a la crisis por la ambición financiera, el despilfarro y la ambición del partido que gobierna¨.
La primera de las iniciativas la adoptan como una forma de sumarse los vecinos a las diversas movilizaciones y demanda a todos los ciudadanos a salir del letargo para protestar y pide adquirir los alimentos en el día previa a la movilización del paro de 24 horas, o sea el 13 de noviembre, salvo en caso de necesidad hacerlo el 14.
Los dirigentes vecinales consideran que los vecinos deben salir a las calles a expresar su malestar ante tanto recorte en todos los ámbitos e incrementos en todos los servicios.
Caceroladas en las principales plazas de ciudades y pueblos
La segunda medida es acudir a las principales plazas de las grandes ciudades y a las de los municipios para participar en las caceroladas que se están convocando a las 12 horas. ¨Debemos hacer oír con fue fuerza nuestro enojo con quienes son nuestros gobernantes¨, comentaron responsables de la confederación. El acto tendrá una duración de cinco minutos y quienes acudan deben acudir con cazuelas u otros objetos así como utensilios para hacerlos sonar. Y se convoca bajo el lema ¨ Qué suene la olla, para acabar con quien no quiere escuchar ¨.
Y una tercera petición es la de acudir a las manifestaciones que convoquen los sindicatos en los distintos lugares de las poblaciones.
Para la organización vecinal ¨ los recortes en los pilares básicos del estado del bienestar (sanidad, educación, atención social,…) están cambiando nuestro modo de vida hacia la insolidaridad y la falta de protección a los más débiles. CAVE-COVA viene denunciando, desde hace tiempo, el progresivo empobrecimiento de una parte importante de la sociedad que sólo debido a la fuerte cohesión social familiar, a la acción sindical y a la solidaridad ciudadana, y no al Estado, amortigua en parte sus necesidades. Pero esta situación no parece transitoria: el agotamiento social empieza a percibirse y los casos de mal nutrición, pérdida de vivienda y desmoronamiento social son habituales en sectores sociales que hasta ahora no habían sido afectados. Y lo más terrible es la perspectiva abierta: no hay solución, todo empeora.
CAVE-COVA no asume la inevitabilidad de las desgracias, confía en las capacidades de las personas, desde lo individual y desde lo colectivo, y en su carácter reivindicativo para cambiar las cosas.
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